Es difícil no hablar de la política ante el triunfo de la joven de 23 años que ha permitido que sus compatriotas salgan a las calles a celebrar la corona de su reina.
Foto: Redes sociales.
Managua, Nicaragua. La joven de 23 años, Sheynnis Palacios, se convirtió el sábado en la nueva Mis Universo, tras el concurso celebrado en El Salvador; Palacios dio las mejores respuestas ante las preguntas que le hizo el jurado y, ello, aunado a su belleza física, le valió la corona.
Nacida en Managua, Nicaragua, la joven se licenció en Comunicaciones, en la Universidad Centroamericana (UCA) de dicho país, recientemente cerrada por el gobierno de Daniel Ortega, régimen al cual la ahora Mis Universo ha criticado abiertamente.
En El Salvador, algunas personalidades de la política, como Claudia Ortiz, han felicitado a Mis Universo, no sin antes hablar de política, aludiendo a la situación particular de la nación centroamericana.
Algunos comentaristas nicaragüenses dijeron que como devota católica, Sheynnis Palacios dedicó su último atuendo en la final del certamen de belleza, a la virgen María; otros consideraron que se trata de una alegoría al ave cantora de Nicaragua (Cassidis nicaragüense).
El ambiente en Nicaragua fue, por demás, esperanzador, la gente salió a la calle a ondear su bandera nacional, nada más; cantó el himno nacional y no hubo peros que la detuviera.
Además de comunicadora, Palacios es modelo y promotora comunitaria; antes de esta corona importante en su carrera, Sheynnis Palacios ganó el Miss Teen Nicaragua 2016, Miss Mundo Nicaragua 2021 y Miss Nicaragua 2023.
Como diría un nicaragüense en redes sociales: “el triunfo de la nueva Mis Universo” hizo que los nicaragüenses “vencieran el miedo”, ante las prohibiciones que viven en el país centroamericano.
De hecho, se informó en redes sociales, que la aerolínea que transportaría de regreso a Mis Nicaragua, habría recibido órdenes del régimen de Ortega, de no permitirle su retorno a su país después del evento. No contaba con la elección de la joven y debió dar una contraorden, dijeron diversas cuentas nicaragüenses.