El Festival del Buen vivir se vivió en la población de Zaragoza, en el sur de La Libertad, donde el Presidente Salvador Sánchez Cerén abrió la Casa de la Cultura y algunos de sus funcionarios se comprometieron con nuevos proyectos.
Fotos: Periódico Equilibrium.
Zaragoza quizás sea el único municipio del país que no tiene parque central, ni de ningún tipo. El que existía fue convertido en años anteriores en un polideportivo cerrado, donde la juventud practica deporte, pero a costa de quitarle el espacio recreativo a la población, se quejan residentes de esa población de La Libertad.
Es insólito, pero es cierto dicen pobladores entrevistados por Equilibrium, durante el Festival del Buen vivir. “Aquí no hay parque”.
El Alcalde Carlos Guevara está consciente de la falencia. Por eso le cuenta a este periódico que a un plazo de dos años se podría concretar la construcción de un parque, cuyo terreno están gestionando para darle a su población un espacio de convivencia sana.
Es un ancla turística en la que se invierte actualmente desde la municipalidad y por eso buscan sus autoridades las mejoras de esta población; El Alcalde anterior construyó la Alcaldía en el único espacio donde la gente descansaba y pasaba por las tardes o en fines de semana.
Se gestiona ante las empresas y la cooperación internacional el financiamiento de un parque, debido a las dificultades con el Fodes que usan las municipalidades.
Pero Zaragoza es un pueblo vivo, allí las mujeres se han organizado para impulsar un patrimonio exclusivo: el arte en tusa.
Desde flores de vivos colores hasta nacimientos y muñecas, se exhiben en diversos puestos de artesanía cuyos líderes y lideresas aprovecharon para exhibirlos durante el Festival del Buen Vivir.
Dinora Ulloa es una de las mujeres que forman parte de la denominada Colectiva y de una organización de personas artesanas.
La tusa se trabaja desde siempre, es lo fuerte y lo que identifica a Zaragoza, dice esta mujer que exhibió sus productos de una gran calidad que implica un tratamiento tal que no se deteriora.
La tusa se recolecta cuando el maíz se desgrana, se escoge la de mejor color para luego pintarla con colores vivos por medio de un compuesto llamado anilina que le impregna un color exquisito a la tusa.
La colectiva está formada ahora por unas 30 mujeres que trabajan la tusa, las semillas, los bordados, el macramé (una especie de collares) con el apoyo del Consejo Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) que les abre espacios de comercialización o que les da capacitación.
Dinora hace de todo, desde arte en tusa, teñidos en tintes naturales, bordado y elaboración de aritos de concha.
Esta es una forma de vivir de las mujeres de Zaragoza que se han unido para obrevivir y que, además, le dan una identidad a su municipio.