Ágora, la ventana hacia el empoderamiento de no videntes

En su mundo de sombras, estas personas han encontrado luz; otras con su corta visión o con su limitación física, también. Ágora, un programa de atención de Cruz Roja, ha sido su apoyo.

Fotos: Periódico Equilibrium.

Ella es una joven de 24 años. Es Ingrid Mejía, quien a sus tres años fue intervenida quirúrgicamente en el Hospital Bloom. “Una mala praxis me dejo ciega”, dice ahora.

Pero esa no es la historia que quiere contar, más bien pone de manifiesta sus habilidades como masoterapista y artesana, en una de las ferias que el proyecto Ágora, de Cruz Roja Salvadoreña, instaló el mes pasado.

A finales de junio pasado se instaló junto a otras personas ciegas en uno de los salones de las institución de servicio humanitario, para mostrar sus productos.

Decora lapiceros y hace llaveros, algunos en forma de lagarto, para lo cual usa hilo cola de ratón.

Dos años atrás, en la casa de la cultura del ciego, aprovechó la oportunidad de aprender la artesanía y bisutería; su maestro fue Felipe Gallegos, quien falleció hace unos meses.

Él también era una persona con discapacidad visual. Aprendió mucho de él y, lo que no, lo fue desarrollando poco a poco utilizando la imaginación y la creatividad.

Ahora que ya está vinculada con la producción de artesanías se ha inscrito en los programas de Ágora y su última capacitación ha sido la llamada “7 pasos para mi negocio propio”.

“Nos ayudan a darnos cuenta que se puede hacer de todo independiente de la discapacidad que se tenga”, se congratula Ingrid.

Hace artesanías mientras pueda, porque si en los momentos de producción un paciente demanda sus servicios de masoterapia, deja lo que está haciendo y se dedica a dar el masaje.

“Amo lo que hago”, dice la joven no vidente, quien ha estudiado cuatro años en masoterpia y quiropraxia y se ha diplomado en esas prácticas.

Además, Ingrid pertenece a la orquesta de ciegos que existe en el país llamada Prueba de fuego, la cual solo tiene, entre siete, a una persona vidente y es el bajista.

El proyecto Ágora

Nohemi Mejía tiene mucho que ver con la historia de superación de Ingrid y otras personas con discapacidad visual, como Coordinadora de proyecto Ágora El Salvador.

“Este día (24 de junio) estamos realizado una feria de emprendedores”, con ceguera o con baja visión o discapacidad, explicó.

El objetivo es apoyar con autoempleo a estas personas o ayudarles a encontrar  un empleo en el sector formal de la economía. pero también en el autoempleo, entonces esta es la primera feria que desarrollando, aprovechando en el marco que vamos finalizando un curso que se tiene con una alianza de Insaforp y Cruz Roja Salvadoreña en la que 12 personas han sido  formadas en el tema de elaboración de productos de limpieza, ellos este dia tienen expuesto el productos que han elaborado y también los diferentes emprendedores del proyecto.

El objetivo está en el marco de la campaña  “visualiza mis competencias”, con la que se le quiere dar a conocer a la sociedad que las personas con discapacidad visual, tienen capacidades y habilidades para poder desenvolverse en el sector formal e informal de la economía.

“La idea del proyecto es que ellos sean autosuficientes, incorporar a las personas con discapacidad al mundo productivo, ya sea el autoempleo o que realicen gestiones microempresariales”,

Este proyecto es ejecutado por Cruz Roja Salvadoreña, con el apoyo técnico y financiero de la Cruz Roja Española y la Fundación 11 para América Latina.

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