“Abejilandia”, la poesía infantil de José Luis Valle que sorprende

Este escritor fue el ganador en 2020 de los XXVI Juegos Florales de San Francisco Gotera, Morazán, en la rama Poesía Infantil.

Foto: Cultura.                                          

Morazán. Con el poemario “Abejilandia”, José Luis Valle se convirtió en el ganador de los XXVI Juegos Florales de San Francisco Gotera, Morazán, en la rama de Poesía Infantil, presentado bajo el seudónimo Olomega.

“El contenido medular de esta obra persigue enaltecer el reino de las maestras abejas, esa extraordinaria y admirada maravilla de la naturaleza, máximo ejemplo de laboriosidad, disciplina y organización productiva”, explicó Valle.

“Son ellas, las espléndidas abejas, encarnadas en el máximo símbolo de una colmena, la abeja reina (la única hembra fértil o reproductora de cada colmenar), las protagonistas del poemario”, aseguró el autor.

Valle es titulado en Ciencias de la Comunicación, catedrático universitario, periodista, gestor cultural, actor y director teatral. Ha administrado entidades educativas, sociales, editoriales, artístico-culturales, de comunicación, juventud, infancia y familia en El Salvador, Europa, Costa Rica y México.

Es un escritor multipremiado a nivel nacional e internacional en novela, ensayo, dramaturgia, poesía y cuento. Entre los premios están: premio de poesía en los XXIV Certamen Centroamericano, 1974; Concurso Nacional de Ensayo, México, 1989; Premio Único Latinoamericano de Novela, EDUCA 1994; Premio Único Hispanoamericano de Dramaturgia, Guatemala 2000, y primer lugar en el género poesía de los IV Juegos Florales Trinacionales (Guatemala-El Salvador-Honduras), Esquipulas, Guatemala.

Asimismo, ha sido galardonado con tres títulos honoríficos de gran maestre en cuento, dramaturgia y ensayo, 1998, 2005 (que otorgó CONCULTURA) y 2015 (otorgado por la Secretaría de Cultura de la Presidencia, SECULTURA), por ganar tres premios únicos en cada uno de dichos géneros.

Abejilandia

(Fragmento)

Saludo y ofrenda de la abeja reina

¡El más espléndido día tenga

toda esta bella concurrencia

que asiste puntual y contenta

a mi cumpleaños número sin cuenta!

Sin cuenta. Cierto, tan cierto,

como que me están mirando y viendo.

Porque confesarles debo y quiero

que hace ya mucho, muuuucho tiempo,

perdí el recuerdo y la cuenta

si cumplo diez, quince o treinta.

Aunque muchas veces pienso

que algunas abejas reinas

parecemos no envejecer nunca

ni se nos notan canas, arrugas

o ciertas pringuitas raras

que aparecen en las alas.

Puede ser milagro o bondad

de nuestra madre naturaleza,

pero les digo con franqueza

que en lugar de sumar edad

siento que disminuyo minutos,

horas, días, inviernos, veranos,

semanas, meses y hasta años.

Otra cosa comunicarles quiero:

esta celebración cumpleañera

es también la merecida fiesta

de la colmena salvadoreña entera,

o sea de todo mi productivo reino

y mi amadísimo séquito.

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