Por eso en La Finca Cuyancua se apuesta al renacer del cacao fino de aroma como un legado de país y para las venideras generaciones.
Por: Susana Barrera.
San Salvador. Muchos no lo saben, pero una buena parte de nuestros suelos en El Salvador con vocación agrícola son apropiados para el cultivo de cacao.
Sí, es posible incursionar en un cacao de calidad, con el que no solo se lograría reactivar el paisaje y combatir el calentamiento global, sino también mejorar la frágil economía agrícola.
Así lo considera Rafael Trigueros Hecht, empresario agrícola de este rubro con más de 40 años de experiencia en la diversificación agrícola, quien se refiere a la experiencia de la Finca Cuyancua, en Izalco, Sonsonate con los que ha incursionado con varios tipos de cultivos en los últimos 15 años; pero hoy se ha decantado por cambiar el parque cafetalero de bajío por uno de cacao fino de aroma, apostándole al renacer del cacao como parte de la identidad nacional.
Con más de una década, los resultados han sido importantes, ya que este fruto se exporta a Europa mediante una empresa familiar, se cuenta con un beneficio de cacao para exportación de alta tecnología, se hace investigación permanente, se genera empleo y además se comparte el conocimiento con personas interesadas en el históricamente llamado Alimento de los Dioses.
La Finca Cuyancua se proyecta en diez años, como un parque experimental privado de Centroamérica, y de hecho ya llegan el empresariado agrícola de diferentes países de la región para formarse en la producción de cacao fino de aroma tecnificadamente y con enfoque agro sostenible. Cada cuatro meses la Finca abre sus puertas a la formación continua y prepara su V curso del 16 al 18 de agosto.
El cacao ha dejado de ser moda y volvió para quedarse, y este es un buen momento importante para impulsarlo. Entre las varias razones están las consecuencias del cambio climático, a lo cual solo se pueden hacer frente con cambios radicales en los modelos de agricultura y formas de tratar el medio ambiente.
El bosque cacaotero no solo es un rubro para aliviar la economía sino también para generar un bosque productivo que puede sostenerse por más de medio siglo y, con ello, generar un mejor hábitat.
Son muchas las ventajas de cultivar cacao, otra más es la consideración de ser un «superfood» por excelencia, ya que su consumo fortalece el bienestar humano y previene muchas enfermedades crónicas presentes en las sociedades, esto sustentado por prestigiosas academias a nivel mundial.