Tras cerrar su discurso, Bukele entregó el pabellón nacional a los familiares directos de los miembros de la Fuerza Armada y de la Policía, así como a la del periodista David Cruz, como acto de reconocimiento póstumo por su labor al frente de la pacificación del país.
Foto: Periódico Equilibrium.
San Salvador. Pasadas dos horas después del siniestro en Pasaquina, La Unión Norte, el presidente Nayib Bukele aún abrigaba las esperanzas que el fatídico accidente no fuera cierto o no tuviese los resultados que al final significaron la muerte de todos los ocupantes, incluido el director general de la PNC, Mauricio Arriaza Chicas.
Así lo reconoció el gobernante al hacerse presente al lugar de la Capilla Ardiente, donde yacen los cuerpos de los ocho miembros del gobierno. Destacó los reconocimientos que tuvieron los dos pilotos abordo.
También se refirió al eficiente trabajo periodístico de David Cruz, como responsable de las comunicaciones del Gabinete de Seguridad del gobierno y eternamente convencido que había que comunicar aunque la información no fuera positiva, para que cuando se informara lo positivo se tuviera la credibilidad sobre el trabajo del aparato de Seguridad.

En síntesis, Bukele se refirió al trabajo articulado que desde el Gabinete de Seguridad se inició en marzo de 2022, cuando los terroristas provocaron la muerte de decenas de homicidios.
“En 24 horas estábamos ganando la guerra”, recordó el presidente, al tiempo que reconoció que el éxito que se ha extendido hasta ahora, es un milagro obrado por Dios, quien es el que guía los planes del gobierno, dijo.
Tras cerrar su discurso, Bukele entregó el pabellón nacional a los familiares directos de los miembros de la Fuerza Armada y de la Policía, así como a la del periodista David Cruz, como acto de reconocimiento póstumo por su labor al frente de la pacificación del país.