El descubrimiento de las piezas tiene mucha importancia para el sitio arqueológico, ya que habían antecedentes de figuras felinas, pero no se tenían evidencias.
Al menos 160 piezas arqueológicas fueron encontradas en el Parque Arqueológico Cihuatán, ubicado a 3.6 km del municipio de Aguilares, en San Salvador, por parte de la Secretaría de Cultura y la Fundación Nacional de Arqueología de El Salvador (FUNDAR).
Fuentes oficiales dijeron que se trata de fragmentos de cinco o seis esculturas felinas, que podrían ser jaguares.
“Ninguno tiene pintadas las manchas características del jaguar”, explicó el antropólogo estadounidense Paul Amaroli, de FUNDAR.
No obstante, Amaroli dice que sí, son jaguares, y que las manchas de pintura se lavaron con el paso del tiempo”, su afirmación la basa en la importancia que tenían los jaguares para la cultura de los pueblos mesoamericanos.
En casi 100 años, este es el segundo hallazgo. El más reciente data de 1929 y lo hizo el investigador Antonio Sol.
Para entonces encontró en un palco, junto al juego de pelota norte, restos de unas 20 figuras de jaguar, todas desaparecidas en la actualidad.
También se han encontrado fragmentos de dos incensarios que al igual que las esculturas felinas habían sido destruidos a propósito, lo cual evidencia según Amaroli, los últimos días de Cihuatán, que “terminó su vida a manos de enemigos, enemigos que no han sido identificados, que destruyeron lo que era importante para los antiguos cihuatecos”.
Ubicación
Fuentes de la Secretaría de Cultura dijeron que el último descubrimiento y la recuperación de los fragmentos se realizó entre febrero y mayo pasado, en una estructura de 5 x 5 metros.
Dicha estructura está adosada al extremo sur de la muralla perimetral del centro ceremonial de Cihuatán; ubicación que “pudo haber sido un punto de control o un acceso a la zona amurallada, ya que no se han encontrado otras entradas”, señaló Amaroli.
Se estima que Cihuatán fue habitada entre el año 1000 y 1200 de nuestra era, y que sus primeros habitantes procedían del centro de México. Su destrucción ocurrió hace 800 años tras el colapso Maya. Calculado entre los años 800 dC. y 900 dC., tal como lo sugiere la cerámica estilo mexicano encontrada en un templo quemado del centro ceremonial.
El plato con códice mexicano, incluye figuras de cráneo, una pierna cortada, “escenas de sacrificio, típicas del centro de México que por esos años estaba sobre poblado y tenía a su vez reinos poderosos, y tal vez la gente sabiendo que el mundo maya estaba en problema optaron por aventurarse por lejanos destinos”, dice Amaroli.
La destrucción de Cihuatán pudo haber ocurrido hace 800 años debido a la invasión de otra cultura local, una teoría que se refuerza con este nuevo hallazgo, ya que los fragmentos de felinos encontrados, “están hechos pedazos, posiblemente por golpes o macanazos, no se quebraron limpiamente, los regaron, y se excavó un hoyo de 2 metros de profundidad para enterrarlos”, con la muy evidente intención de destruir todo rastro, según Amaroli