Un análisis desarrollado por EY resalta con incentivos fiscales, principalmente, países de la región impulsan la movilidad eléctrica.
Foto: EY.
El Salvador. Los incentivos fiscales, principalmente, han permitido que los países de Centroamérica, más República Dominicana, avancen en materia de movilidad eléctrica, como una modalidad para abordar la crisis ambiental y de salud.
Esta modalidad se traduce en la reducción de hasta un 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero, mismos que son responsabilidad del sector transporte de la región, lo que reduce la calidad del aire y provoca más de 300.000 muertes prematuras anuales en el continente.
La movilidad sostenible abarca la utilización de vehículos eléctricos como respuesta al transporte convencional impulsado por motores de combustión interna.
Esta transición tiene como objetivo reducir la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones contaminantes asociadas con el transporte tradicional. Por su parte, los vehículos eléctricos suponen una reducción de hasta 65% de las emisiones de gases de efecto invernadero y poseen eficiencia energética, traduciéndose en ahorros sustanciales en consumo y mantenimiento.
Un análisis desarrollado por EY resalta cómo en los últimos años, la región ha experimentado un notable avance en la adopción de la movilidad eléctrica, especialmente en Costa Rica, Panamá y República Dominicana.
En el caso de El Salvador, desde el 2015 se viene desarrollando poco a poco la implementación de la movilidad eléctrica. Aunque para ese año, solo se importaron 15 unidades, el aumento en la demanda es evidente.
Para el año 2022 se incorporaron 176 vehículos eléctricos y 133 híbridos, datos que representan el 0,01% del total del parque vehicular, evidenciando que para el último año las cifras se triplicaron en parte por la Ley de Fomento e Incentivos para la Importación y Uso de Medios de Transporte Eléctricos e Híbridos, que aplica desde el año anterior.
La infraestructura de carga de vehículos eléctricos en la región, se encuentra en desarrollo; cada país avanza a su propio ritmo de implementación. Sin embargo, todos realizan esfuerzos para promover la adopción de vehículos eléctricos mediante la mejora y disponibilidad de puntos de carga en toda la región.
En noviembre de 2022, gracias a la campaña “MoveToZero; del programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y empresas del sector privado, se realizó una exitosa caravana de más de 10 vehículos que cruzaron cinco fronteras de Centroamérica, recorriendo 2.500 kilómetros.
Esta ruta eléctrica centroamericana evidenció algunas necesidades todavía pendientes, como la creación de una red de cargadores rápidos y semi rápidos que conecte toda la región y una mayor promoción de los beneficios de las tecnologías cero emisiones.
“Pese a que contamos con esfuerzos para incentivar el consumo de vehículos eléctricos, los precios de las unidades siguen siendo más costosas si los comparamos con vehículos de combustión interna. También vemos que, aunque hay gran potencial para la energía hidroeléctrica, solar y eólica, es necesario invertir en el desarrollo de estas fuentes de energía limpia para garantizar que los vehículos eléctricos se alimenten de electricidad verde”, reclamó Laureen Fernández, Coordinadora de Estudios de Mercado de EY.
Las oportunidades que se vislumbran en la región por el uso de movilidad eléctrica, se refieren, en general, a la unificación del transporte público y privado que podría ser factible con una planificación integral; la adopción de la misma como un mecanismo de atracción de inversión extranjera; y el incentivo del turismo sostenible.