En Mejicanos convergió la cultura nacional

Un desfile y los cohetes de vara anunciaban el inicio de un convivio cultural que cada año realiza la municipalidad de Mejicanos, entre las diversas casas de la cultura del país.

 

Fotos: Periódico Equilibrium.

Dos mujeres de Quisnahuat y Jayaque, desfilaban cada quien con su camarín portando a San Lucas Evangelista y San Cristóbal, los compadres que se visitan mutuamente.

Los Cumpas es una de las tradiciones del Patrimonio Inmaterial más hermosas del país, pero aparentemente no se le ha dado la importancia y la vizibilización necesaria.

Son 40 kilómetros los que caminan en peregrinación, entre uno y otro pueblo, primero de Quisnahuat a Jayaque, el 23 de julio, y el 26 de noviembre, lo hace de Quisnahuat a Jayaque. Pro estas vez ambos compadres se juntaron en Mejicanos.

En ese momento de la peregrinación se muestran su amistad unidos en compadrazgo, hay intercambio de recuerdos entre alcaldes y algunos ramos de flores e insignias entre padrinos y mayordomos de las cofradías.

Juan Fuentes, de 67 anos, «Tamborero» de los Cumpas, de Jayaque.

Estas visitas entre compadres también se da entre San Antonio del Monte, de Sonsonate; Tepecoyo y San José Los Sitios, estos de La Libertad, explicó Douglas Cartagena, Director de la Casa de la Cultura de Jayaque.

Sin importar el día en que caiga la fecha, en esa fecha se realiza Fiesta de los Cumpas.

Las imágenes de los Cumpas son originales y danzan al compás de la Danza de San Bartolo, que representa la lucha entre el bien y el mal, pero en esta ocasión pierde el bien porque San Bartolo, fiel creyente de Dios, es deshollejado vivo y los diablos se burlan, al haberlo vencido.

Industria que se niega a morir

Un telar de más de cien años se exhibía con Julio Carranza, uno de los siete jóvenes que han aprendido a tejer en la Casa de la Cultura de San Sebastián, en San Vicente, donde se trabaja por no perder el patrimonio de este lugar, según Alma Martínez, Directora de dicha institución del referido municipio vicentino.

Antes, en la época de la población nativa, la producción textil se hacía en un telar primitivo, pero a la llegada de los españoles fue sustituido por un telar de cálculas (en exhibición).

Este último permitió que se complementara el trabajo para elaborar tejidos de mayor tamaño. No hay registro de los telares nativos, no hay muestras en San Sebastián, y las personas mayores no recuerdan desde cuando en ese lugar se inició la actividad textil. Pero la industria es centenaria, como la ciudad.

José Carranza, uno de siete alumnos que aprenden a tejer.

En esta demostración de cultura, cada comunidad como San Sebastián muestra cómo funciona su riqueza cultural.

El telar se traslada a eventos como el de Mejicanos, armarlo y desarmarlo para hacer la demostración se hace de forma muy cuidadosa para que las piezas estén bien ubicadas y den los resultados requeridos.

De hecho, esta Casa de la Cultura estaba exhibiendo diversos productos de textilería que elaboran los jóvenes aprendices, quienes por estar en el proceso de aprendizaje hacen productos con algunos defectos, a veces imperceptibles, pero que les ayudan a obtener fondos para adquirir nuevo material y seguir con el aprendizaje.

El telar tiene una parte importante que define el diseño de la obra textil y que representa una especie de memoria antiquísima llamada avío, una serie de hilos cruzados en los que se atraviesan los hijos de colores para crear figuras específicas.

Los pedales tienen que ver mucho también en el diseño final, porque si se plasman dibujos en la tela, se deberán usar entre seis y ocho pedales, y solamente dos para generar una tela solo de cuadros, por ejemplo.

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