“Cuando surgen conflictos, las reglas deben ser respetadas y quienes las incumplen deben rendir cuentas. Ya basta. Hay que poner fin a los ataques contra los niños”, reclama Unicef.
Foto: Unicef.
NUEVA YORK. Desde la República Centroafricana hasta Sudán del Sur, y desde Siria hasta el Afganistán, las partes en conflicto menosprecian descaradamente la protección de a infancia, ha reclamado desde Nueva York, la Directora Ejecutiva de del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) Henrietta Fore.
En esos lugares. En los últimos cuatro meses se han seguido produciendo ataques incesantes contra la niñez en en varias situaciones de conflicto.
“No se ha excluido ningún método de guerra, sin importar cuán mortífero pueda ser para los niños: los ataques indiscriminados contra escuelas, hospitales y otra infraestructura civil, los secuestros, el reclutamiento de niños, los asedios, los malos tratos durante la detención y la denegación de asistencia humanitaria, son todas ellas prácticas generalizadas”, ha dicho Fore.
La funcionaria ha dicho que en el Yemen, por ejemplo, más de 220 menores de edad fueron presuntamente asesinados y más de 330 resultaron con heridas desde el comienzo del año como resultado del conflicto; en Siria, las esperanzas de paz siguen siendo escasas. Durante los tres primeros meses del año se verificaron más de 70 ataques contra hospitales y centros de salud, lo que impidió el acceso de la niñez y las familias a servicios vitales de salud.
En Bangladesh, más de 400.000 niños refugiados rohingya que sobrevivieron a las recientes atrocidades en Myanmar necesitan ayuda humanitaria; en Sudán del Sur, al menos 2,6 millones de niños se han visto obligados a huir de sus hogares. Más de un millón de niños padecen desnutrición aguda, entre ellos más de 250.000 que sufren desnutrición grave y corren un mayor riesgo de morir.
En Afganistán, más de 150 niños murieron y más de 400 resultaron heridos durante los primeros tres meses del año debido al conflicto.
En tanto, en la República Centroafricana, la reanudación de la violencia en los últimos meses ha obligado a casi 29.000 menores de edad a huir de sus hogares.