Cristian García: nuestros padres lloraron juntos en sus necesidades

expertos en llantas

Cinco hermanos crecieron pensando que todo andaba bien en la vida de su familia, porque siempre tuvieron cómo comer y cómo vestirse, ignorando que sus padres soportaron necesidades.

Fotos: Periódico Equiibrium.

Ahora, el segundo de cinco hermanos, responsable de la empresa Dasal, sabe que sus padres lloraron juntos por la carencia que alguna vez los afectó en el momento de la crianza de sus cinco hijos.

También sabe que su padre debió proteger sus pies poniéndole cartones gruesos cada día a sus zapatos para no lastimarse, en virtud del desgaste en la suela.

Sobre esa y otras historias se basa la empresa de distribución de llantas que exitosamente han llevado sobre sus hombros, después de montar con un pequeño negocio que hace aproximadamente 30 anos iniciaron en San Salvador, haciendo baterías de carros, de forma artesanal.

Nuestra historia comienza con mi padre que en los tiempos previos a la guerra y durante la misma, empezó a vender una pequeña flota de buses que tenía en Teotepeque, en La Libertad”, la cual fue heredada por sus abuelos. Ese pequeño negocio les dio su título universitario

“Si mi madre no hubiese estado detrás de la obligación de estudiar porque ella era maestra, quizás no nos hubiéramos graduado” reflexiona Cristian, al contar la historia de sus esfuerzos familiares por montar la que hoy es una importante distribuidora de llantas nuevas y usadas.

Recuerda que en cada vacación de colegio su padre los obligaba a trabajar, para ayudar en la elaboración de baterías, “para entonces mi papá nos enseñó a trabajar y mi mamá a estudiar”; ella,  no obstante su grado de maestra, también aprendió a hacer baterías.

Cuando dieron el paso para crear la importadora de llantas usadas, la inversión fue suficiente para comprar solo 80 llantas. Más tarde se convirtieron en proveedores de pequeños negocios similares en San Salvador, eso ocurrió hace aproximadamente 20 años.

“Pero fue en definitiva la bendición de Dios la que ha dado el crecimiento de nuestro esfuerzo”, reconoce García.

“Nuestros padres se preocuparon porque que no nos faltara nada y si alguna vez faltó no nos dimos cuenta. Ya grandes nos dimos cuenta que nuestros padres si lo sufrieron por nosotros, pero se lo guardaron para que nosotros no nos sintiéramos mal y sabemos ahora que ellos lloraron juntos por la carencia, se privaron de mucho para comprarnos a nosotros lo que necesitábamos”, comenta el empresario.

García cuenta que su madre era graduada del Santa Inés y estudió en La Normal, donde graduaban maestros; su padre hizo quizás hasta sexto grado y desde pequeño oraba mucho y en sus oraciones de joven pedía que Dios le permitiera una mujer honesta y correcta como esposa. Así fue.

Pese a las carencias, su cercanía con Dios nunca falló y esa espiritualidad se la inculcaron a sus hijos, además de la conciencia social. “Dios siempre ha sido lo principal para nosotros, ahora servimos en Encuentros Conyugales”, en la iglesia El Carmen, de San Salvador.

Cristian, su esposa y sus hijos trabajan en el área de convivencia familiar; dan servicio en los retiros de familias. Eso les ha enseñado a que todos halen juntos hacia una misma dirección. La unidad nos ha dado éxito en la empresa, asegura.desechos-ornamentales2

Dasal ahora no solo se dedica a vender llantas usadas y nuevas, se ha metido de lleno a la protección del medio ambiente, para contribuir con la construcción de una mejor calidad de vida de las nuevas generaciones.

Así ha nacido una escuela de artesanías donde personas de las diversas comunidades ubicadas en la salida de San Salvador hacia Huizucar, están aprendiendo a utilizar los desechos de llantas para hacer arte del cual, incluso, pueden sobrevivir.

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