Cinco familias de la ciudad se reparten los días para tener a la imagen en tamaño un poco más grande que la de una persona; otras entradas de diversos cantones y municipios aledaños hacen entradas con imágenes en miniatura.
Foto: Periódico Equilibrium.
Cada febrero, previo a las fiestas en honor al Patrono el Dulce Nombre de Jesús, la feligresía católica de diversos municipios, cantones o barrios se alistan para llevar en “entrada” una pequeña imagen del Nazareno.
Pero en la ciudad de Ahuachapán, cinco familias realizan igual número de entradas con la imagen del Dulce Nombre de Jesús, en grande; es la réplica que permanece en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Este domingo la familia Martínez, de la colonia La Gloria, mantiene en la calle una ramada para recibir a feligreses que llegan a venerar al Santo, a dejarle una ofrenda económica y, a cambio, recibir un fresco de Chan, Horchata o de ensalada de frutas, además de un recuerdo hecho en papel y una sorpresa en una bolsita.
La niñez aprende la tradición y a la vez disfruta del manjar folklórico que generosamente ofrecen los anfitriones de “la entrada”.
“El lunes lo entrego, lo tengo dos días desde el viernes y entrego la limosna”, dice Josefa Martínez, quien junto a su hijo y su nieta, espera a quienes comparten su fe.
Al Dulce Nombre de Jesús no solo lo reciben las familias para venerarla, también le piden por la solución de los problemas de El Salvador, le piden paz, trabajo, prosperidad y amor entre el género humano.
Así uno de los sacerdotes de la localidad hace una misa en la ramada y las personas participan para hacer sus agradecimientos y sus peticiones.
Este domingo, tras la concelebración de la misa principal en la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, la feligresía se prepara a fin de participar en la procesión de las 3:00 p.m., con la que culmina la fiesta religiosa en honor al Patrono.


