Un sueño persistente

Se sentó sobre la cama, puso sus brazos sobre sus piernas cruzadas y su cabeza descansando en sus manos, su respiración se cortaba y poco a poco se fue calmando.

Por: Elsy Ch.

El ambiente caluroso y húmedo, las ropas empapadas de sudor, sus manos temblorosas y un sentimiento de insatisfacción. Se vió sujetando a alguien por el cuello, como si todo su ser quisiera asfixiarlo, estrangularlo, pero al momento de apretar sus dedos éstos no respondían, estaban rígidos e inmóviles ante aquella figura que sostenía por el cuello y que no logró distinguir.

Cuando recobró la conciencia, estaba desesperado, jadeando de angustia, aquel sueño se estaba repitiendo una y otra vez, él siempre aparecía sujetando aquella figura por el cuello sin poderla estrangular, se preguntaba quién era, si era alguien de esta vida o de sus vidas pasadas, si era alguien que él odiaba o que amaba o ambas cosas, si era amigo o enemigo, aunque su lucha interna en aquel sueño le hacía sospechar que sentía por aquella figura al mismo tiempo todas esas cosas.

Volvía a dormir y estaba en aquel lugar oscuro donde parecían habitar sus miedos y donde quería desatar su furia, experimentaba emociones que apenas lograba controlar y en un momento de arrebato, corría sin pensarlo a sujetar aquella figura que en medio de las sombras se negaba a ser vista pues se alejaba de la luz.

Ivan se preguntaba si en verdad quería ver su rostro, si no temía descubrirlo, si iba a sentirse satisfecho si lograba verlo y le abandonaría por fin aquella pesadilla y sentirse finalmente en paz.

Trataba de irse a la cama muy tarde, para dormirse cansado y no volver a soñar, pero todo intento era inútil. Si este sueño vuelve a suceder pensaba, arrastraré a esa persona hacia la luz, tengo que ver su rostro, saber quién es, descubrir que es lo que se oculta entre las sombras y porque no la puedo ver.

Por la mañana y durante el día siguiente todo ocurrió con normalidad, hasta que llegó el momento de ir a dormir, le tomó tiempo y daba vueltas en la cama, hasta que logró conciliar el sueño, de nuevo se veía ahí en aquella habitación oscura, vio pasar la silueta de un lado a otro en medio de la penumbra.

Pasaba tan rápido que le era difícil lograr sujetarla, forcejearon hasta que finalmente con toda su fuerza la tomó de un brazo y comenzó a arrastrarla hasta donde hubiera un poco de luz, aquella figura se negaba a mostrar su cara escondiéndola con la mano que aún estaba libre, pero su resistencia fue en vano.

Iván logró apartar la mano de su rostro y nuevamente dominado por la furia lo sujetó fuertemente por el cuello, finalmente logró ver su rostro, aquel rostro era el suyo que lleno de espanto le miraba.

Iván estaba tan impactado de verse a sí mismo que aquella impresión lo hizo despertar súbitamente.

Se sentó sobre la cama, puso sus brazos sobre sus piernas cruzadas y su cabeza descansando en sus manos, su respiración era entre cortada y poco a poco se fue calmando y en sus pensamientos reflexionaba, aquel sueño lo había impactado como podía odiarse y amarse, ser su amigo y su enemigo y concluyó:

– Bien dicen que uno es el peor juez de sí mismo. Me he odiado por mis errores, me he amado cuando he sufrido, quiero matarme y salvarme, perderme en la oscuridad y a la vez salvarme, ya debo estar en paz y dejar de juzgarme duramente por errores cometidos, ellos son parte del pasado y gracias a ellos soy lo que soy, todos cometemos errores por el simple hecho de ser… humanos, ahora seguiré adelante y abrazaré lo que soy.

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