Mensaje del Procurador de Derechos Humanos en el Día Mundial contra el VIH

Procu VIHEl Día Mundial de la Respuesta al VIH, que originalmente fue nombrado como Día Mundial del Sida, surgió en el año 1988, a propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con respaldo de la Asamblea Mundial de la Salud y de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Foto: Periódico Equilibrium.

 

 

Desde entonces, en esta fecha se comparte un mensaje de esperanza, solidaridad y comprensión sobre el VIH a todos los países del mundo. Este año, el tema elegido para la conmemoración ha sido “Cerremos la Brecha”, que se refiere a superar obstáculos para alcanzar cero nuevas infecciones, cero muertes relacionadas con el sida, mejoras en materia de tratamiento del VIH, a la tuberculosis y en el acceso a los servicios de atención y prevención de la infección.

En este marco, como Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos me uno a las actividades que se desarrollan a nivel nacional e internacional para conmemorar esta importante fecha y, de forma particular, hago un llamado a la conciencia social para que se favorezca la erradicación de todas las formas de estigma y discriminación a las personas con VIH en el ámbito público y  privado; a la vez, a que se continúe trabajando con vehemencia para evitar más casos de VIH, por medio de la garantía de los derechos humanos de toda la población, especialmente de aquellas más vulnerables ante la infección, como las mujeres, migrantes, niñez, adolescencia, personas trabajadoras del sexo, privadas de libertad, personas trans y hombres que tienen sexo con hombres.

No obstante, también quiero destacar que si bien se han realizado esfuerzos para conseguir los objetivos antes mencionados, sigue latente la resistencia de algunos sectores de la sociedad en contribuir a trabajar en los diferentes aspectos que inciden en la respuesta al VIH, tales como las desigualdades sociales, la inequidad de género, la discriminación, la educación en salud sexual y reproductiva sin sesgos ni prejuicios culturales ni religiosos, y el reconocimiento de la diversidad de identidades y orientaciones de género.

Asimismo, como Procurador considero que aún persisten prácticas violatorias a derechos humanos en algunas entidades estatales, entre estas se encuentran la negación de crédito público para vivienda, el acceso a medicamentos condicionados, la ruptura de la confidencialidad y deficiencias en la garantía del derecho al consentimiento informado, así como la aplicación de criterios subjetivos en el ámbito de la salud en perjuicio del cumplimiento de los protocolos establecidos.

Por otra parte, también se requiere mayor compromiso de la empresa privada, debido a las constantes violaciones a derechos a las personas con VIH que se dan en este ámbito, dentro de ellas, las restricciones para el acceso a bienes y servicios, como la obtención de seguros de cualquier índole, y especialmente en la afectación de derechos laborales, según los registros de personas que acuden a la Institución. Por lo que, les hago el llamado a modificar sus políticas de atención a la población y que se sumen a las empresas que han creado políticas de VIH apegadas al Repertorio de Recomendaciones Prácticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el VIH/SIDA y el Mundo del Trabajo, del año 2001.

En este mismo sentido, es de profunda preocupación que en algunas instituciones del Estado y en la empresa privada se continúen realizando y promoviendo las pruebas del VIH, ya que a pesar de ser calificadas como voluntarias, en todo caso son lesivas a la intimidad, confidencialidad, no discriminación y consentimiento informado, por el contexto en el que son realizadas. Y es más alarmante aún, que en algunos casos la misma se utiliza de manera obligatoria para el ingreso o permanencia dentro de tales entidades.

Indudablemente, muchas de estas violaciones a derechos humanos se deben a la legislación vigente en materia de VIH, que en la práctica ha demostrado la carencia de garantías a los derechos civiles, económicos, sociales y culturales de las personas con VIH.  Por ello, hago el llamado a las autoridades del Ministerio de Salud, a que se creen las condiciones para que la propuesta de Ley de Respuesta Integral a la Epidemia del VIH -que ha sido impulsada principalmente por las organizaciones de la sociedad civil- sea presentada a la Asamblea Legislativa, y así se pueda iniciar con el proceso de formación de la Ley, con la finalidad de contar con un instrumento legal mediante el cual los derechos de la población en relación al VIH, sean exigibles y en coherencia con la realidad de nuestro país.

Por otra parte, recomiendo que se evalúe exhaustivamente el Plan Estratégico Nacional Multisectorial de la Respuesta al VIH e ITS 2011-2015, debido a que pese a la aparente reducción de casos detectados diariamente, que ha pasado de 6 a 4 aproximados en este año, aún es un número elevado, que puede estar relacionado con la mencionada afectación de derechos humanos a las poblaciones más vulnerables a la infección.

De acuerdo a datos que proporciona el Ministerio de Salud, consta que la forma más frecuente de transmisión del VIH continúa siendo la sexual, con 99.5 % de los casos, mientras que la transmisión materno infantil ocupa el 0.5 %. Además, que los grupos etarios más afectados son los que corresponden a las edades productivas y reproductivas, donde la mayor concentración de casos se observa en el grupo de 20 a 39 años.

Aunado a lo anterior, desde 1984 hasta el presente año se tienen contabilizados 30,549 casos de VIH, de los cuales 531 son de los primeros cinco meses de 2014. De éstos, el 58.4 % son hombres y el 41.6 % mujeres; el 10.7 % corresponden a la población de jóvenes de 15 a 24 años de edad; el 51 % a la población de 25 a 44 años; y el 6 % a la población adulta mayor.

Por lo tanto, este día debe motivar a la reflexión nacional, para que todos los habitantes e instituciones se unan a la respuesta al VIH por medio de la solidaridad y el reconocimiento de que el VIH es un tema de país y no solo de las personas directamente afectadas. Por lo tanto, es imprescindible que todas las Instituciones del Estado asuman sus responsabilidades correspondientes en materia de VIH. Solo de esta manera será posible la superación de las barreras que tradicionalmente han impedido que la respuesta al VIH sea plenamente efectiva.

Aprovecho la ocasión para reconocer a las organizaciones de la sociedad civil que han trabajado en la respuesta al VIH y la han posicionado en la agenda de país a través de su incansable lucha. De igual manera, a los medios comunitarios por su contribución en la respuesta al VIH, ya que son una pieza fundamental por la población a la que van dirigidos sus esfuerzos. Asimismo, a la cooperación internacional que ha sido fundamental en el financiamiento y en el apoyo para la coordinación interinstitucional en la respuesta al VIH.

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