Afectados por caña de azúcar diseñan campaña de denuncia

Por: Susana Barrera.

«Defendamos la vida… sembremos caña responsablemente», es el nombre de la campaña que pobladores del Bajo Lempa, en la zona sur de El Salvador, han asignado a un esfuerzo mediático que denunciará algunas prácticas negativas en el cultivo de la caña de azúcar e instará a la zafra verde.

La campaña es financiada por el Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, y sugiere que las poblaciones afectadas denuncien de manera sistemática el impacto de algunas formas de cultivo de caña de azúcar en sus vidas, de acuerdo a lo explicado por Ileana Gómez, Secretaria Técnica del Grupo Diálogo Rural (GDR), un espacio que Rimisp implementa en el país y en el cual se ha analizado esta problemática en repetidas ocasiones.

Los pobladores del Bajo Lempa, en los paracentrales departamentos de San Vicente y Usulután, discutieron en colectivo las dificultades a las que se ven expuestos, entre estas: la aplicación de agroquímicos, las quemas, la destrucción de ecosistemas y vías de accesos por el transporte de la caña, excesivas extensiones de tierra para siembras y aumento de enfermedades -como insuficiencia renal- en los habitantes de esta zona.

En el grupo focal coordinado por Gómez, estuvieron presentes representantes del movimiento por la Defensa de la Vida y los Recursos Naturales, que lo integran personas afectadas, líderes comunitarios y otros actores locales sensibilizados con el tema.

Por su parte, la Secretaria Técnica del GDR trajo a cuenta el anuncio reciente del gobierno de apostarle a la conversión de 2 mil 500 hectáreas de caña a zafra verde (siembra de caña sustentable), pero “los habitantes deben proponer cuales son las zonas prioritarias para realizar la zafra verde”, sugirió.

Pobladores del Bajo Lempa han mantenido una denuncia constante sobre los efectos del cultivo de la caña de azúcar, zona que destaca por al alto índice de personas con enfermedades renales, la vulnerabilidad ambiental y la organización de sus pobladores. “El calor es insoportable, parece que hierve agua en una olla, mientras queman los cañaverales, no nos avisan, es de repente.

Cusucos y garrobos -animales salvajes- salen huyendo de entre los cañaverales”, dijo Tomas Córdova, habitante de la Comunidad Mata de Piña de Jiquilisco, Usulután. “El avión pasa sobre las plantaciones y bien se ve cuando caen los madurantes (agroquímicos), los que son arrastrados hacia otros cultivos, los ríos o los manglares si hay vientos.

Ya no queremos más fumigaciones que nos hagan daño”, dijo por su parte José Domingo Bonilla, del Sector Nancuchiname, quien agregó que apenas un camino vecinal separa su vivienda de la plantación de caña. Como aliados en la campaña, además de medios de comunicación alternativos, los participantes de este grupo focal decidieron sumar a autoridades municipales, consumidores de azúcar, organizaciones como PRISMA, Asociación Mangle y CORDES, entre otros. Quienes fueron seleccionados por el colectivo como voceros de la campaña dijeron estar dispuestos a poner el rostro por las comunidades afectadas de estas formas de cultivo de la caña de azúcar.

“Esta campaña no tendrá vida si no es con la participación de la comunidad. Hablemos de esto (campaña), socialicemos con otros grupos, hagamos que el valor de la denuncia nos afecte a todos”, exhortó Juan Luna, de la Asociación Mangle. Además de seleccionar a los voceros y definir su lema, los pobladores decidieron difundir denuncias a través de gigantografías, afiches y gestión mediáticas hasta inducir la zafra verde en la zona del Bajo Lempa.

La Secretaria Técnica del Grupo Diálogo Rural, ha dicho que, además de la campaña que se impulsa desde el GDR El Salvador y que es patrocinada por Rimisp, otra instancia de las acciones en el cambio de cultura de cultivos de caña, es también una investigación paralela que se está realizando sobre el uso del rastrojo de la misma, que es un conjunto de tallos y hojas que quedan luego de cortarla y de mucha utilidad para la protección de los suelos.

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